Tú te quedaste en mí
como el tizón y la llama
ardiendo hasta las cenizas
para consumir las ramas
Tú te quedaste en mí
como el agua que emparama
los retoñitos de lirios
que nacen en las sabanas
Tú te quedaste en mí
durmiendo en la misma cama
acariciando la noche
con sueños de madrugada
Tú te quedaste en mí
como el silencio que calla
para evitar la estampida.
de unas inquietas palabras
Tú te quedaste en mí
porque no te dije nada
creyendo que la partida
era solo una parada
Tú te quedaste en mí
como la tierna mirada
que se junta con un beso
en la expresión más sagrada
Jose Angel Salguera
Jocean